GRAN SCALA Y ONTIÑENA

Gran Scala ha comenzado con una pobre aportación económica a los titulares de los terrenos y con el lavado de cerebro para que el proyecto no tenga contestación social. En los últimos días han empezado a aparecer encuestas y entrevistas a gente de Ontiñena, todos ellos favorables al proyecto. No nos cabe duda que toda la gente entrevistada buscan el bien para su pueblo, lo que no compartimos es que este tipo de proyectos sean lo mejor para sus gentes. Una respuesta muy generalizada es que el pueblo se muere y necesita que se haga algo. Bien, que se haga algo, pero este proyecto supone el final del pueblo tal y como lo conocemos y sus actuales habitantes pasarán a ser algo así como los reservistas indios en el lejano oeste. Por otro lado, nos preocupa qué hacer con los cientos de pueblos de Aragón que pese a Gran Scala siguen y seguirán perdiendo población, pues muchos aragoneses y emigrantes afincados en nuestras tierras marcharán a donde hay trabajo, abandonando sus pueblos aunque el tipo de trabajo a buen seguro no les llene personalmente y profesionalmente.

Es una tomadura de pelo en Plena crisis económica motivada por proyectos especuladores y devastadores del medio natural como este, que nuestro Gobierno de Aragón comprometa millones que no tiene sin un sólo estudio económico de viabilidad o de inversiones, comprometiendo agua de regantes, pongan el AVE cuando en Monzón perdemos el tren y siguen sin comunicar Francia por Canfranc, nos tengan sin médicos en el hospital de Barbastro, lleven energía cueste lo que cueste, amplíen aeropuertos y todo ello como comento, bajo el paraguas de una crisis económica que cuestiona el mismo sistema capitalista, sin conocer a las personas que invierten de verdad en este tipo de oscuro negocio y lo que es peor, arrodillen la soberanía popular y a la misma Ley, al antojo de la iniciativa privada y sus proyectos.