sábado, 31 de octubre de 2015

IU, PODEMOS Y LA UNIDAD POPULAR

A principios de verano nacía la plataforma ciudadana Ahora en Común que imitando los procesos municipalistas, pretendía aglutinar a personas independientes y a colectivos sociales y políticos a la izquierda del PSOE con el objetivo de presentar candidaturas de Unidad Popular, candidaturas que pudieran aspirar en las instituciones a cambiar el estado de las cosas. Ahora en Común no tardó en llegar a Huesca, y con ello, se comenzó un trabajo en el que nadie debía sacar el carnet de ningún partido o asociación para trabajar. Mi organización, Izquierda Unida del Altoaragón, acordó respaldar esa iniciativa, una iniciativa a la que nos sumamos dando absoluta libertad a nuestros militantes, para que bajo su visión de la realidad y sin instrucciones de ningún tipo, trabajaran por sacar adelante este proyecto común que dejaba las siglas a un lado y que pretendía ser de todos y todas y para todos y todas. Al punto llegó la apuesta, que decidimos no presentar candidato de IU a las primarias, pues no queríamos bajo ningún concepto que nadie interpretara que IU quería tomar nada, imponer nada, capitalizar nada. Ahora en Común ha pretendido ser en todo el estado un movimiento de unidad de las clases populares, de protagonismo ciudadano, superador de las estructuras de los partidos políticos, que articulado bajo la fórmula jurídica de coalición electoral, se presentara a las elecciones con la finalidad de sacar el mejor resultado posible para cambiar el estado de las cosas y también, con la pesada carga de organizar una sociedad fuera de las instituciones, pues el trabajo institucional, por sí sólo, nunca será suficiente.

Es público y notorio que a Ahora en Común le faltó el apoyo decidido de la dirección de Podemos, que con Pablo Iglesias a la cabeza, apostó por imponer la marca Podemos y despreciar las del resto, intentando hacer fichajes estrellas como el de Alberto Garzón e intentando de paso reducir a cenizas el proyecto de IU, proyecto del que generalmente habla con mucho más desprecio que aprecio. Fruto de estas situaciones;  voluntad de IU por un impulsar un proyecto común de confluencia y voluntad de Podemos por imponer la siglas despreciando al resto (sopa de siglas lo llaman), las negociaciones fueron rotas unilateralmente por Podemos, rechazando la posibilidad de trabajar a nivel estatal en un proyecto común de confluencia. El próximo día 6 se cierra el plazo para registrar las coaliciones electorales y justo estos días, parece que la dirección de Podemos se ha dado cuenta de que en más de 25 provincias, entre ellas Huesca, si no va con otros actores como IU o CHA, su resultado será insuficiente, por lo que en lugar de retomar las negociaciones en el ámbito estatal, está intentando tutelar los procesos de Ahora en Común provincia a provincia, imponiendo sus siglas, la metodología de elección de candidatos, postergando al resto de organizaciones a que peguemos los carteles, pongamos nuestras sedes, nuestro dinero y eso sí, dejemos las siglas y banderas rojas en nuestras casas y carguemos con la culpa en caso de no aceptar sus normas. Frente a esta apuesta de la dirección de Podemos por la imposición, el proyecto del que participa IU, cuya candidatura recibirá el nombre de Unidad Popular, sigue su marcha y sigue abierto a todos los actores incluido Podemos. Confluir no es fagocitar, confluir es buscar un acuerdo para construir un espacio común en clave de igualdad y esto es justo lo contrario a lo ofertado por Podemos. Quizás algunos entiendan que el fin (sacar un diputado) justifica los medios. Para nosotros, el fin, por importante que sea sacar un diputado, es unirse en clave de igualdad para transformar la sociedad en las instituciones y fuera de ellas, en base a un programa y a una metodológica de trabajo. Por esto nuestra organización se llama Izquierda Unida y nuestra apuesta por la confluencia, Unidad Popular.