No soy yo ni mi grupo político el que apueste prioritariamente por el transporte carretero, es más, creo sinceramente que las principales mejoras en infraestructuras debieran ir por otro lado. Para nosotros, mejor la reapertura del Canfranc que autovías por el Pirineo, mejor la apuesta firme por el transporte ferroviario que por el carretero. Pero llegados al punto en que nuestros diferentes gobiernos han apostado por la realización de autovías, nos encontramos con el sinsentido de la paralización de obras justo cuando más se necesita la realización de las mismas para tirar del carro del empleo. Nuestro Presidente, amparado por su partido, el PSOE, decidió hace unos dos años que fuera el Plan E el que se encargara de tirar del carro cuando la crisis comenzó a ser evidente para él. Los diferentes gobernantes socialistas a todos los niveles decían que era el manual de Keynes y llamaban a esto políticas anticíclicas, es decir, ante la falta de confianza y de inversión del sector privado, hay que invertir desde lo público hasta que la situación mejore. Se llegó al punto de que en los formularios a enviar a Madrid por los Ayuntamientos, se debía indicar el número de puestos de trabajo creados gracias a la obra incluida en el citado Plan. Pues bien, dos años después de poner en marcha el Plan E, nos desayunamos que entre las medidas asumidas por Zapatero para salir de la crisis, están las que impone el capitalismo defendido por el Fondo Monetario Internacional y toda esa banda de nombres grandilocuentes, que a nuestro presidente le gusta llamar "los mercados". Medidas que pasan por la reducción del déficit a base entre otras cosas de bajar sueldos a los funcionarios o congelar la inversión pública, la misma inversión pública que dos años antes estaba llamada a generar empleo en un momento en que por cierto, había menos paro del que lo hay hoy.
Parece evidente, que la ausencia de obra pública va a generar varios problemas en el Estado y en la Provincia. De un lado infraestructuras largamente demandadas no llegarán y se quedan en algunos casos a medio hacer con el riesgo que eso supone. De otro lado se frena el desarrollo de áreas que esperaban que las infraestructuras acabadas sirvieran para mejorar su situación socioeconómica y lo que a mi juicio es mucho peor. Se frena la inversión pública en un momento de gran desempleo lo que generará sin duda más desempleo, menos consumo y más crisis. Ante esta situación creo que nos quedan tres cosas a corto plazo. Pedir que tengan la valentía de decir para qué nos han hecho gastar dinero en el Plan E si ahora tenemos que reducir déficit sin haber salido de la crisis. Exigir que nos digan cuantos empleos se pierden por la ausencia de inversión pública, de la misma manera que nos quisieron engañar con aquello de los brotes verdes gracias al Plan E y salir a la calle en la próxima huelga general para cambiar las políticas, pues nuestro gobierno es un cazador disparando medidas económicas que no sabe que el tiro hay que dirigirlo precisamente al bulto que nos ha metido en la que estamos y que de momento se va de rositas mientras sigue ganando dinero.
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