Dice uno de los decálogos de la política, que la transparencia en la gestión debe de ser uno de los principios de todo gobernante, al menos si a este se le supone de izquierdas. Pues bien, hoy traigo a este blog el ejemplo de lo que sucede con ARAMON y concretamente con la ampliación de Cerler por el valle de Castanesa. Resulta que ARAMÓN es una empresa semipública en la que el Gobierno de Aragón controla la mitad de su accionariado y la otra mitad está en manos de IBERCAJA a la que por otro lado también controla en gran medida. El objetivo de ARAMON no debiera ser otro que mantener y mejorar las infraestructuras de las pistas de esquí aragonesas, que como son deficitarias, la misma ARAMON reconoce que con operaciones urbanísticas se puede compensar en gran medida estas pérdidas. Pues bien, ahora ARAMÓN (el gobierno de Aragón e Ibercaja) deciden ampliar Cerler por el Valle de Castanesa, con una importante operación urbanística que lo pague y decide que su proyecto sea declarado de interés general para la comunidad autónoma, lo que le permite todo tipo de facilidades a la hora de gestionar el suelo, entre ellas, la de pasar por encima de las competencias municipales en materia de planeamiento o la expropiación de terrenos a quien no esté conforme. Pero no acaba aquí el "pasteleo". Presentado el proyecto y expuesto al público, será el mismo Gobierno de Aragón, quien resolverá las alegaciones presentadas, que en el caso concreto de la Plataforma en defensa de las montañas, son cerca de 1000.
Es evidente el "chanchullete". El Gobierno de Aragón, que tiene importantes dirigentes socialistas que proceden de esa zona de la provincia, incluido el Presidente Iglesias, decide ser juez y parte. Para ello, monta una empresa con Ibercaja, que mediante hipotecas, prestamos y sus respectivos intereses, a buen seguro hará gran negocio particular en la operación. Aprueba una Ley urbanística y otra de Ordenación del Territorio que permite saltarse competencias municipales. Decide desarrollar un proyecto cuyo impacto mediambiental es brutal, el cual ni siquiera garantiza nieve en condiciones toda la temporada y será el mismo Gobierno de Aragón el que resolverá las alegaciones que se realicen al proyecto que él mismo ampara. En definitiva, todo un ejemplo del Partido Socialista de Aragón y nuestro Presidente Iglesias, en lo que se refiere a la transparencia y correcta gestión de lo público. Alguien del PSOE debería pasarle el decálogo del buen gobernante, creo que el hombre anda bastante despistado.
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