Si hubieras vivido en la Grecia Clásica, hubieras sido uno de esos primeros filósofos que se aventuraron a destripar mitos y leyendas heroicas para explicar una realidad, buscando sus mil y un porqués, a riesgo de sufrir el desprecio y las iras de Zeus. No te tocó Atenas, te tocó esta tierra y este tiempo. Y pusiste tu mirada entre las líneas de la historia contada, entre los claroscuros de las imágenes que sólo hablan sabiendo mirarlas. Buscaste los significados de los relatos que reposaban plácidos en la acomodada memoria colectiva, trayéndonos fragmentos exquisitos de la realidad de lo vivido; el pasado conjugado en un presente al que dabas luz. Realidad no siempre complaciente, que rompía estereotipos aduladores sobre nosotros mismos, que tenía como protagonistas a hombres y mujeres que no salían en ningún libro de historia, realidad que al final emborronaba los propios fundamentos donde se asienta lo establecido, construiste cimientos de acero para el republicanismo… con tu obra y con tu vida. Viviste como pensaste: en libertad, ajeno siempre a los aromas que exhala el poder, viviendo y narrando la solidaridad de los pobres donde decías que sólo se encuentra, queriendo ser un igual siendo excepcional.
Quizá esta “leal y heroica” ciudad, como tú nos dijiste en tu “Álbum de adioses”, te fue esquiva, quizá al ver reflejados en tu espejo otros héroes y otras lealtades. Pero sabes que hay otra ciudad que se gusta en ese reflejo, a la que le palpita el corazón de la razón, con ojos a los que enseñaste a saber mirar para poder ver, a ver para poder saber, a saber para ser libre. Hoy te llora.
Con la razón del corazón, gracias por todo, gracias por tanto. Por ser republicano, por ser ciudadano. Hasta siempre.
Izquierda Unida del Altoaragón..
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