miércoles, 26 de marzo de 2008

Moción en Monzón contra Gran Scala

Izquierda Unida, a través de su concejal en el Ayuntamiento de Monzón, Miguel Aso, presentará una moción relativa a Gran Scala en el próximo Pleno del Ayuntamiento montisonense.

En concreto, Izquierda Unida solicita en esta propuesta de resolución que el Consistorio declare “su rotunda oposición al proyecto Gran Scala, dada su manifiesta insostenibilidad económica, social, educativa, cultural, medioambiental y su carácter desvertebrador del territorio altoaragonés”. Asimismo, la moción incluye que el acuerdo alcanzado en el Pleno “se trasladará al Gobierno de Aragón, a los grupos parlamentarios, y a las entidades comarcales altoaragonesas”.

A juicio de Miguel Aso, “muchas son las contradicciones que conlleva el empeño del Gobierno de Aragón por llevar a cabo este macroproyecto”. “Gran Scala es claramente incompatible con los objetivos ambientales y de sostenibilidad de la Exposición Internacional 2008 de Zaragoza que, como es sabido, se celebrará bajo el lema de Agua y el Desarrollo Sostenible, provocando así un grave deterioro en la credibilidad internacional de Aragón.”, señala.

En este sentido, el concejal considera que este argumento ha servido para quienes desde el Levante español piden el trasvase del Ebro, “por considerar que Aragón tiene agua, cuando años como este de sequía demuestran la imperiosa necesidad de avanzar hacia otro modelo de gestión del agua alejado de proyectos como Gran Scala”. Asimismo, Miguel Aso censura la actuación de la DGA en relación con el macrocomplejo de ocio y juego “porque no solamente es contradictorio, sino antidemocrático, proponer cambiar la legislación vigente a la carta para adaptarla a las necesidades del proyecto, que no puede ser aceptado por cuanto vulnera claramente actuales leyes del ámbito autonómico, estatal y varias directivas comunitarias”.

Además, el concejal recuerda la nítida oposición de IU a este proyecto desde el primer momento. “Una oposición –destaca- que se basa en sus proporciones descomunales que suponen una alteración profundamente negativa de la vertebración del territorio, en su insostenibilidad económica, ya que condicionará la economía capitalizando la inversión pública durante años, en su insostenibilidad medioambiental, pues consumirá desmesurados recursos energéticos y de agua y en su insostenibilidad desde el punto de vista social, educativo y cultural, pues fomenta modelos de vida, de ocio y de valores éticos opuestos a los aragoneses y europeos”.
“En definitiva –concluye- se trata de un proyecto que genera profundos movimientos especulativos y donde en realidad sólo los inversores privados, de los que poco se conoce, obtendrán ingentes beneficios”.

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