Leí hace unos días un artículo del
compañero Alberto Garzón que bajo el título “En defensa de IU”, explica los argumentos personales y políticos
vividos en IU y también las razones por las cuales él sigue en esta organización,
algo que sin duda, tratándose de quien se trata y de lo que ha aportado en los
últimos años, es muy de agradecer. Dicho lo cual, me ha parecido que su
artículo plantea avanzar en cuestiones de futuro, tanto organizativas como de
modelo de IU, que desde luego para alguien como yo, que no milita en ningún
partido integrante en IU, es decir, no se considera ni anticomunista ni comunista, ni
neocarrillista ni precarrillista, ni filopodemita ni antipodemita, sino que soy un
militante IU, de lo que algunos venimos a llamar la “Rama General” de IU, es cuanto
menos sorprendente, porque a mi entender, Alberto da una lectura muy en clave
PCE de lo que debe ser una organización que creo debe ir más allá, y que no
debe ir más allá porque el PCE sea bueno o malo, sino porque el proyecto, si
queremos que continúe como fue pensado, debe ser otra cosa.
Izquierda Unida nació hasta donde
yo sé, con un objetivo central; aglutinar a personas y partidos a la izquierda
del PSOE, para de una manera colectiva presentar un proyecto común,
transformador y nítidamente de izquierda. Por ello, la primera reflexión que
debemos abordar para el futuro, debe partir de un hecho central. IU no cumple
con ese objetivo fundacional, pues el nacimiento y crecimiento de
organizaciones como Podemos, demuestran lo lejos que está IU de ser el referente
que aglutine personas y colectivos a la izquierda del PSOE. Esa y no otra es la reflexión central para
abordar el futuro de IU, sin hacernos trampas y siendo, todas y todas leales a
este proyecto colectivo, que pese a los muy poderosos enemigos externos y las amplias
luchas internas de las diferentes corrientes, “tribus”, federaciones y partidos
de IU, que suelen mirar más por sus estrategias e intereses, que por el
proyecto global, sigue vivo en la política nacional. Responder a las razones políticas
y organizativas que han llevado a que IU no sea vista como ese elemento de
unidad de las clases populares, debe ser la primera y fundamental pregunta a
responder. Personalmente creo que ha llegado
el momento de que IU se convierta en otra cosa, quizás simplemente deba ser lo
que debió ser desde el inicio, en una cosa donde parafraseando a Alberto Garzón, al
igual que en una manifestación no le preguntamos el carné que tiene el que está
al lado, en IU debemos sentarnos a hablar y votar sin pensar en el carné que
tiene el que está al lado nuestro. Debemos abandonar las estrategias "cainitas",
por las cuales, cualquier corriente o cualquier partido integrado en IU,
intenta controlar la organización, asumir y acumular cuantos más cargos
internos y “pasar a cuchillo” a quien no milita o comparte su corriente o
partido, haciendo daño a la organización y a la gente que como yo, cree en el
proyecto colectivo. Ha llegado el momento de dejar de ser del PCE en IU, de
dejar de ser de Izquierda Abierta en IU o dejar de ser de Izquierda Republicana
en IU. Ha llegado el momento de ser de IU en IU. No podemos permitirnos una
organización que debatidas las cuestiones en sus órganos de dirección,
militantes de uno de los partidos, federaciones o corrientes, actúen contra
esas decisiones. No debiera tener cabida en una organización que se respeta a
sí misma, que haya militantes en un grupo parlamentario de otro proyecto
político, proyecto que además, ha impedido activamente que IU-UP tenga grupo
propio en el Congreso, generando con ello menor visibilidad política y un
problema económico muy importante que conllevará un plan de ajuste con muy
importantes afecciones. Defender IU, es también tener claro que debemos
ponernos en valor y que no somos una organización a la que otras pueden hacer
con nosotros lo que quieran. Debemos, en nuestra política de relaciones con
otras organizaciones, convivir en el mismo piso que otras formaciones políticas
y no parecer que estamos en él, porque otros nos dejan estar, como si fuéramos
meros invitados de segunda.
Tras más de dieciséis años de
militancia, más de doce de cargo público en mi ciudad y mi comarca, cuatro de
ellos compaginados con diputado autonómico y siete de coordinador
intercomarcal, voy a seguir aportando al proyecto político de unidad llamado
IU. Y lo voy a hacer porque creo que es imprescindible para nuestra sociedad,
pues no hay otro en la izquierda que represente los valores, métodos y
principios que IU representa y entiendo aspira a representar. Pero si pasadas
las asambleas que debemos tener, el proyecto sigue en la senda de la
crispación, de dirigentes que parecen disfrutar dando cera a IU, de compañeros
y compañeras que militan en partidos o federaciones de IU, que debatidos
ampliamente los asuntos no acatan las decisiones de los órganos o prefieren ir
a su aire sin que nada pase, seré uno de los militantes de IU que cumplirá su
compromiso actual como cargo público y centraré mis esfuerzos en otras muchas
cosas que nos depara la vida. Seguir remando activamente como hasta ahora, en una organización que en demasiadas ocasiones se empeña en ser su peor enemigo y en no
servir a su principal fin; ser un proyecto de unidad, colectivo, transformador
y referente de las clases populares, tiene poco sentido.
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