lunes, 27 de junio de 2016

Ni para tomar el cielo, ni para abandonar el camino iniciado. Balance de unas elecciones

Hoy es el día posterior a unas elecciones en que del balance sólo se puede decir que los resultados, siendo muy buenos para Unidos Podemos, no han sido ni mucho menos los esperados. La realidad es que eso de esperados obedece más a los resultados de diciembre de 2015 y a unas encuestas que día a día se iban conociendo y que nadie sabe muy bien qué intenciones llevan, si es que las llevan, que a hechos contrastados en el tiempo. Ni Podemos por su reciente creación es un partido asentado, con un suelo electoral más o menos estable al que fijarse, ni la coalición que recientemente y con ciertas prisas se ha resuelto, estaba bien engrasada y contrastada en lo interno y lo externo para soportar la durísma presión a la que ha sido sometida desde el exterior.

De entre las causas del resultado electoral hay una evidencia incuestionable, la derecha ha movilizado electorado (por el miedo y la incertidumbre que ha generado en campaña), incluso movilizando voto de UPyD, VOX y Ciudadanos en beneficio del PP. Por contra, la izquierda no ha movilizado ese plus de voto para ganar. Las razones seguro son muchas, pero a mi modo de ver se resumen en una; la coalición Unidos Podemos no ha generado la ilusión suficiente por el cambio político, ilusión y movilización que sí se generarón en diciembre por separado. Unidos Podemos (con confluencias) ha cosechado 5.048.820 votos y un 21,10%, mientras que en 2015, cuando nos presentamos por separado, se obtuvieron 6.139.494 votos y un 24,36% de los sufragios. Esos votos tampoco han ido al PSOE, que también ha perdido unos 120.000. ¿Debe desprenderse de esta lectura que la coalición no debiera repetirse?¿Debe desprenderse de estos hechos que nos hubiera ido mejor por separado y nos hemos equivocado? Yo creo que a ambas preguntas debe responderse que No. No creo que nos hayamos equivocado, ni creo sinceramente que debiéramos haber hecho otra cosa y por supuesto, tampoco creo que nos hubiera ido mejor a ambos por separado. De hecho estoy seguro que el voto de IU ha propociado mantener diputados como el de Huesca, lo que ha evitado que fueran al PP. Sí creo que tenemos que reflexionar y pensar muchas cuestiones de cara el futuro. Especialmente qué modelo de proyecto político global y de relaciones entre organizaciones debemos tener. Pondré algunos ejemplos de cuestiones que entiendo, sin entrar en otras previas de antes de constituir la coalición (como impedir que tuvieramos grupo en el Congreso), que no han sido las correctas y que han generado malestar y falta de ilusión entre militancia y simpatizantes de IU, hecho que ha podido provocar que algunos de nuestros votantes se queden en casa:



 - El nombre de la candidatura no ha sido el correcto y no porque haya desaparecido IU (que se aceptó sin grandes problemas incluso aceptando el nombre de otros que no son más que IU), sino especialmente porque para mucha gente de IU y seguramente también de Podemos, no usar un nombre inclusivo fue difícil de digerir. Utilizar "Unidos" no fue una brillante idea, ni mucho menos. 

- Se han confeccionado las listas encajando candidatos bajo acuerdos de las direcciones que siquiera han buscado la mayor o mejor visibilidad de las diferentes patas de la coalición con independencia del resultado de diciembre. No fue buena idea que Garzón (el político mejor valorado de España y candidato de IU) fuera el quinto por Madrid, no fue buena idea que CHA se quedara fuera del proyecto en Aragón y no ha sido un buen ejemplo que en Huesca sólo una mujer de IU fuera tercera al Congreso, siendo la única representante de entre 10 incluyendo suplentes o que hubiera sólo dos segundos suplentes de IU al Senado (que no salían en la papeleta, siendo además que una era de Unidad Popular y no de IU).

- Tampoco la campaña ha sido de lo más acertada. Se media todo con cierta desconfianza, como si de una competición entre los partidos integrantes de Unidos Podemos se tratara y se hacía en base a los resultados electorales de diciembre. Creo sinceramente que estas cuestiones han ido incrementando un caldo de cultivo, que ya venía de antes de la coalición, por el que poco a poco la militancia de IU y los simpatizantes, nos hemos visto más como unos invitados que como una parte de un proyecto colectivo, lo que tampoco ha ayudado mucho a proyectar ilusión y luchar por cada uno de nuestros votantes.

- La campaña ha sido de poca carga política. Frente al miedo que ha proyectado la derecha y ante una situación de emergencia social, de recortes y de robo de las arcas públicas en muy diferentes casos de corrupcion repartidos por toda España, la respuesta ha sido "corazones y sonrisas" y no movilización en la calle, la denuncia contundente y seria de lo que sucede y la propuesta alternativa al modelo capitalista que nos gobierna.


Finalmente quiero señalar que estoy seguro que los compañeros y compañeras de Podemos o de Altoaragon en Común, tendrán otros argumentos que esgrimir como prueba de lo que pudimos haber hecho mejor para generar cada uno de ellos y ellas ese plus de ilusión que creo ha faltado para mejorar nuestros resultados. Creo que en esencia debemos pensar en esto para corregir errores de cara al futuro. Para mí no hay otro camino que la lucha colectiva y el "trabajadores del mundo uníos", pero la unidad requiere de muchas cosas y una de ellas es entender que un camino juntos debe hacerse sin competir, sin medirnos, sin mirar de reojo al que llevamos al lado, sino mirando adelante, con paso firme, proyecto colectivo y voluntad real de cambio.

Más de cinco millones de personas nos han votado y eso es mucha gente, tanta que hace cuatro años era impensable, lo cual es una magnífica señal para seguir con la ilusión necesaria. ¡Pongámonos a ello!
 

No hay comentarios: