Sin lugar a dudas este momento de
la historia es muy complejo a la par que apasionante. La crisis económica,
política, medioambiental y social que estamos padeciendo, agudizada con los
lamentables episodios de corrupción, ha provocado un más que justificable
hartazgo en la sociedad, hartazgo que reflejan todas las encuestas en forma de
cambio en la intención de voto o en la percepción de los problemas del Estado
por parte de los ciudadanos. Ante esta situación, tenemos casi de manera
inminente las próximas elecciones municipales y autonómicas. Unas elecciones en
que si al final ganan los de siempre, les estaremos dando a los poderes
políticos y económicos que controlan nuestras vidas, un nuevo cheque en blanco
para seguir esta senda política de recortes y pérdida de derechos sociales y
ciudadanos. Es por ello, por lo que IU, como principal organización con
estructura y experiencia a nivel de Estado, curtida en mil batallas en las calles
y en las instituciones, tiene un gran reto ante sí, el reto de aportar su
bagaje y servir de aglutinante en procesos de convergencia para organizar
candidaturas en las que ciudadanos y organizaciones políticas y sociales,
demostremos que somos capaces de plantear una alternativa y salir a ganarlo todo;
desde el Ayuntamiento más pequeño, a las Comunidades Autónomas, pasando por las
Comarcas y Diputaciones provinciales. Por todo ello y a sabiendas de que la
responsabilidad no es sólo nuestra, puesto que en esta película, aún hoy, hay
actores que deben decidir qué papel quieren jugar e incluso si quieren
participar en esta película, IU ha decidido trabajar desde la humildad en el
marco de la creación de candidaturas ciudadanas, que desde un funcionamiento muy
abierto, pero desde el respeto a la identidad de cada uno de los miembros y
organizaciones que están presentes en el proceso, luche por alcanzar el
objetivo de ganar instituciones y derechos para la ciudadanía.
Hoy, en diferentes lugares de España
se están impulsando candidaturas ciudadanas, candidaturas que en algunos casos avanzan
en una dirección que no compartimos, pues parece hará imposible alcanzar el
citado objetivo de ganar todas las instituciones. Otros procesos en donde apenas
se gatea y en otros, donde se puede decir que no se corre pero que ya sabemos
andar el camino. Un camino que para ser recorrido en su totalidad y evitar
tropiezos, va a requerir de una mochila llena de voluntad, paciencia y humildad
por todas las partes, eliminación de estériles prejuicios, cesión de
protagonismo, realización de un programa serio y riguroso y la adopción de acuerdos
que permitan dotar a estas candidaturas de las herramientas jurídicas y
técnicas precisas para ganarlo todo. El reto por sacar adelante la confluencia,
como ya se ha dicho, tampoco es responsabilidad exclusiva de IU, ni mucho
menos. El reto tampoco es fácil ni es menor, pero sin duda IU desde su
soberanía como organización independiente, seria y rigurosa, hará lo posible
por llevarlo adelante e incluso caso de no salir en el sentido más amplio, en
el sentido que hoy se está trabajando, Izquierda Unida aspirará a presentar sus
candidaturas con personas que compartan proyecto y objetivos. Hoy no es tiempo
de experimentos sin gaseosa ni de maximalismos ideológicos, es tiempo de
generar ilusión, participación política y esperanza de que las cosas se puedan
cambiar, no por el placer de cambiar, sino por la necesidad de recuperar los
derechos perdidos y poner coto a unas prácticas mafiosas que tienen sometido el
interés general y los derechos públicos de los ciudadanos.
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