lunes, 31 de marzo de 2008

LAS VIVIENDAS PROTEGIDAS Y LA CRISIS DEL LADRILLO

Que la crisis de la construcción a nivel nacional o aragonés es real, es un hecho indiscutible. Evidentemente muchas son las razones de esta, si bien podemos resumirlas en dos. De un lado la confianza absoluta en el mercado por nuestros gobiernos centrales y autonómicos como manera de regular la vivienda, no enfocando la misma como un derecho fundamental, si no como un bien más del mismo, lo que ha provocado un encarecimiento brutal pues se ha utilizado más como inversión que por necesidad, De otro lado, el hecho de que hoy día los bancos ya no prestan dinero apenas a casi nadie. Se puede decir que hace apenas unos meses pasabas por la puerta de una oficina bancaria y te hacía una hipoteca con Visa incluida para que gastes y hoy, pocos son los elegidos y desde luego ninguno con escasos recursos. El hecho de que los bancos no presten dinero vuelve a perjudicar fundamentalmente a los de siempre y es una realidad que está afectando a la venta y adjudicación de las viviendas protegidas, aquellas más asequibles que deben servir como primer acceso a la vivienda. El ejemplo de Monzón es más que claro ya que promociones casi acabadas o acabadas, llevan meses intentando ser adjudicadas en su totalidad porque no hay financiación bancaria para quien la necesita y por tanto, el fin social de estas viviendas vuelve a depender de otro factor de mercado, en este caso la banca que es quien no presta el dinero porque en su afán de beneficio sin límites a costa del ladrillo durante estos años, ha prestado demasiado sin que nadie le haya puesto freno mientras ganaba y gana mucho a costa de nuestros bolsillos. Nuevamente un derecho social, depende de una cuestión de mercado. Mal asunto.

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